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  • Foto del escritorPara alabanza deSu gloria

SANIDAD

MARCOS 2





“Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.”

Marcos 2:13-17


 

No importa a donde se dirigía Jesús, las personas le seguían, estaban buscando algo, probablemente ni ellos mismos sabrían que era lo que necesitaban realmente, pero lo que si sabían era que de la presencia de Jesús emanaba, sabiduría, misericordia, y les enseñaba sin importar la hora, el momento o cuan cansado pudiera estar, Él se daba el tiempo para mostrar actos de misericordia con los que se rodeaba, y les enseñaba para que pudieran encontrar misericordia y hallar la paz.


En ese contexto, Jesús encuentra a Leví, en la playa, en el puesto de recaudación de impuestos. En ese tiempo los judíos consideraban traidores a los publicanos como Leví, por trabajar para los romanos su pueblo opresor; pero Jesús ve más allá del puesto de trabajo de Leví, Él ve el corazón dispuesto de Leví a seguirle y le llama para ser parte de sus doce, Leví después llamado Mateo por el Señor, lo dejó todo, un trabajo bien remunerado y un estatus social aceptable, estuvo dispuesto a ser parte de los doce, aunque eso significaba dejar atrás la vida que hasta ahora le daba seguridad económica.

Es a casa de Leví a donde Jesús se dirige a comer, es juzgado por fariseos de comer y relacionarse con pecadores, nuestro Señor, no justifica el pecado de la vida de esas personas, pero como siempre Él ve más allá, Él ve la necesidad de sanidad espiritual que tenían, y la disposición de recibir esa sanidad. Los fariseos y los escribas no estaban dispuestos, ni a recibir, ni a dar misericordia al que la necesitaba, se dedicaban a juzgar y condenar a las personas.

Nosotros como seguidores de Jesús, ahora somos sus manos y sus pies, debemos tratar de brindar al necesitado el mensaje de salvación que trae sanidad espiritual, a todo aquel que lo escucha y lo recibe, sin emitir juicios o condenar la vida de las personas, nuestra misión en este mundo es que las personas reciban redención, para que puedan dar honra y gloria a Aquel que les dio la sanidad espiritual y les otorgo redención

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