“Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.”
Marcos 1: 32-34
La sanidad y salvación son diferentes aspectos de la restauración que Dios trae al mundo a través de su hijo Jesucristo, el pecado reinando en el mundo solo trae la destrucción tanto física como espiritual de la humanidad, y así como el cristiano puede tener la confianza de esperar una plena comunión con Dios en el cielo, también podemos tener sanidad y restauración aquí en la tierra.
Jesús vino a traer salvación y libertad, y comenzó a demostrarlo con actos de misericordia, hacia todo aquel que se le acercaba pidiendo por ella, no importaba la cantidad de personas o lo cansado que pudiera estar, él siempre mostró compasión y misericordia a quien se lo pidió.
En nuestros días y con la gran necesidad que hay a nuestro alrededor, donde escuchamos de necesidades físicas y espirituales de las personas que nos rodean, como seguidores de Jesús que somos, siendo nosotros las manos y los pies de nuestro Señor, nos toca no cansarnos de hacer actos de compasión y misericordia, a través de ellos es que el mundo podrá conocer y palpar el amor de Dios, teniendo así la posibilidad de poder escuchar y conocer el mensaje de salvación.
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