MARCOS3
“Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.”
Marcos 3:13-19
Dios es soberano, y desde un principio Él ya tenía estipulado un plan de redención para la humanidad, el deseo en el corazón de Dios es el de restablecer la relación de Él con nosotros, y parte de ese plan fue la formación del pueblo de Israel con sus 12 tribus, uno de los propósitos para formar este pueblo era para que las naciones supieran que Él es SEÑOR, otra razón era para del linaje del pueblo escogido llegará un Mesías que pudiera rescatar a la humanidad de la muerte eterna, este Mesías, ahora sabemos que era Dios mismo, en una de las formas de la trinidad “EL HIJO”, nuestro Señor Jesucristo, nuestro amado.
Jesús ya estaba aquí en la tierra y el plan tenía que seguir adelante conforme a los pensamientos de Dios, así que Jesús escoge a 12 hombres, de diferentes estratos y caracteres, para formar líderes que pudieran dar testimonio de Él, después de que el tiempo de Hijo aquí en la tierra concluyera, estos 12 lideres iban a llevar el mensaje del evangelio más allá de las fronteras del pueblo de Israel, el mensaje ahora se extendía a todas las naciones, no era un plan B o nuevo, era algo que ya estaba en el corazón de Dios desde antes de la fundación del mundo, en el antiguo testamento, podemos ver muchas pistas de este propósito global de Dios, de llamar para sí a las naciones.
Estos 12 hombres fueron escogidos por Jesús, Él así lo decidió, ellos no escogieron, ellos decidieron obedecer al llamado, pero es Jesús quien los ve y los escoge, así también con nosotros su iglesia, nosotros no tomamos la incitativa, esa la toma Dios a través de su Espíritu Santo que habla a nuestros corazones, a nosotros solo nos toca obedecer a su llamado, y ser sus testigos llevando el mensaje del evangelio a las naciones, para que le reconozcan y sepan que EL ES SEÑOR.
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