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  • Foto del escritorPara alabanza deSu gloria

LLAMADOS


“Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.”

Marcos 1:16-20


 

Los primeros discípulos de Jesús, serían los portadores de Su gloria de primera mano, ellos serían los eslabones que unirían a Jesucristo y su iglesia, gracias a su testimonio podemos tener los evangelios, ellos fueron la principal fuente de información acerca del mensaje de salvación. Así que Jesús requería de hombres valientes para ser sus seguidores, capaces de dejar todo y de enfrentar la oposición de muchos incluyendo la de los líderes religiosos de la época.


Estos primeros discípulos escogidos por Jesús para ser sus líderes eran pescadores, no eran sabios, ni eruditos, ni poderosos políticos, o nobles; eran personas de trabajo duro, que sabían cómo trabajar y hacerlo en equipo, pero sobre todo eran personas que estaban dispuestas a dejarlo todo inmediatamente para seguir al que se convertiría en su Señor y maestro.


Jesús al verlos y llamarles para que le siguieran, ejerció su soberanía, pero él conoce los corazones, y sabe muy bien quien está dispuesto, no se necesita estar capacitado, porque el Espíritu Santo es el que capacita, solo se necesita la disposición de corazón, el deseo profundo de servir a nuestro Dios.


Los doce apóstoles tuvieron esa valentía aun sin saber claramente de que se trataba, hoy en día nosotros estamos con ventaja, sabemos que Dios nos muestra de su amor, que nos otorga redención gracias a la muerte y resurrección de Jesucristo, y que lo único que necesitamos para obtener esa salvación es creer, arrepentirse, y seguir de todo corazón a Aquel que lo dio todo por nosotros. Para así nosotros también poder ser portadores de la gloria de Dios, anunciando las buenas nuevas de salvación a todo aquel que lo necesite.


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