MARCOS 8
“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”
Marcos 8:34-38
Después de que Jesús les revelo a sus discípulos quien era, llama a la multitud para que escucharán también lo que tenía que decir, en este momento Jesús abre la oportunidad a la multitud de convertirse en su seguidor, y tanto al público en general como a sus discípulos les dice lo que tienen que hacer para ser unos verdaderos seguidores. Jesús les dice que es necesario negarse a sí mismo y tomar su cruz e ir en pos de Él, negarse a sí mismo, no es negarse a tu personalidad o carácter, Dios nos creó con personalidad y carácter, y se agrada de ello, negarse significa que digamos que no, a todos aquellos deseos o emociones que nos alejan de hacer la voluntad del Padre. En la cruz, Jesús iba a negarse a sí mismo, iba a tomar el lugar que le correspondía tomar a la humanidad, para poder atraerla hacia Él, sanarla y restaurarla; así que la cruz significa, el poner tu vida por la causa de Jesús, hacer la voluntad del Padre, así como Jesús obedeció, de esta forma nuestra vida llena de vacío y sin propósito se perderá y ganaremos una con un propósito eterno.
Nuestro propósito en la vida debe de ser hacer la voluntad del Padre, obedeciendo todo aquello que Jesús nos mandó que hiciéramos, entre ellos amar a nuestro Dios por sobre todas las cosas, y a nuestro prójimo, proclamando su mensaje de salvación en las naciones, la manera más sencilla de proclamar el mensaje, de ser testimonio de lo que Jesús ha hecho y hace en nuestra vida, es vivir una vida negada a nosotros mismos siendo luz y sal con los que nos rodean, orando al Padre tenga misericordia de nosotros y nos de la fuerza necesaria para vivir siendo instrumentos útiles en sus manos. JESÚS ES SEÑOR
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