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  • Foto del escritorPara alabanza deSu gloria

La tercera palabra. Compromiso



"Cuando vió, Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. " Juan 19:26-27


El escenario en que estaba ocurriendo esto, es fácil de imaginar, gracias a Hollywood y a los montones de imágenes que durante nuestra vida se nos han presentado, unas mejores que otras pero nos ayudan a recrear en nuestra mente el momento en que esto estaba pasando y es mas o menos así: en el Gólgota estaba Jesús crucificado entre dos ladrones, sus amigos lo habían abandonado, había soldados alrededor de Él que se burlaban e insultaban, también los judíos; personas con las que muy probablemente había convivido durante años, estaban ahí también insultándolo y burlándose y muy cerca de Él, tan cerca como para que le pudieran escuchar, estaba María, la madre de Jesús, junto con otras mujeres entre ellas se dice que Salome, la madre de Juan y algunas mas que lloraban por su amigo, sobrino, e hijo, respectivamente, y Juan estaba ahí cuidándolas.


María, su madre, estaba ahí viéndolo quizás sin comprender lo que estaba ocurriendo, recordando muy probablemente lo que había ocurrido en su vida con relación a Jesús en los últimos 33 años; recordaba cuando el ángel se le apareció y le dijo que iba a tener un hijo y que seria el Mesías, es probable que ella no entendiera que clase de Mesías iba a ser Jesús. Todos esperaban un salvador que los sacara del régimen romano, recordaba quizás todo el amor y empeño que utilizó para que Jesús creciera como debía, el orgullo que debe haber sentido cuando los sacerdotes del templo se quedaron maravillados con Él y su sabiduría. Jesús tan solo tenía 12 años, que seguridad y confianza tenía ella en su hijo cuando le pide que haga algo en las bodas de Caná, ella solo les dice a los empleados hagan lo que Él les diga, ella bien sabía quien era su hijo y de que era capaz, pero creo que no comprendía su verdadero rol en esta tierra.


Ella, no entendía cuando Jesús comenzó su ministerio y empezó a atacar las bases de los fariseos y en Nazaret cuando sus parientes y conocidos pensaban que Jesús estaba fuera de si, ella fue ha verlo junto con sus otros hijos, me imagino que quería preguntarle que es lo que estaba haciendo, ella seguía sin comprender. Poco es lo que se dice de ella en los evangelios, pero en este momento ahí estaba ella al pie de la cruz, me imagino que reacciono como todo ser humano ante un dolor tan grande. En algunos comentarios bíblicos, dicen de estos versículos, que María soporto estoicamente el dolor, la Biblia no refiere nada de eso, solo pienso como madre y ella reaccionó como cualquiera de nosotros y que si no lo estaba gritando al menos estaba pensando algo así; “Dios ¿por qué a mi? ¿para esto he pasado todo lo que he pasado como mujer? ¿cómo es posible que me permitas ver sufrir así a mí hijo?, Tú y Él me han dicho que es el Mesías, pero ahora muerto ¿qué va a pasar? no lo entiendo...” Sí, así reaccionamos la mayoría frente al dolor de algún ser querido, somos egoístas y pensamos en lo que estamos sufriendo y consideramos que nuestro dolor es el más grande de todos; ¿no es así?


Y Juan, ¿qué me dicen de Juan?, el discípulo amado, era su primo era hijo de la hermana de su mamá habían crecido juntos, sobre todo en los últimos 3 años habían sido inseparables, Él había sido testigo de cosas inimaginables, milagros, palabra, pero también risas, cansancio, hambre, habían vivido juntos, habían compartido cuarto y cama. Jesús ya les había estado preparando para lo que venía, es seguro que él no lo tenía muy claro, solo hacía unas horas que estaba compartiendo y celebrando la pascua con Jesús. Imagino que se divirtieron y rieron y que en algún momento habían hecho planes para la próxima, después de todo no era la primera que celebraban juntos. No entendieron del todo cuando Jesús les mencionó el nuevo pacto, ¿qué significaría eso? ¿cómo se llevaría a cabo? El anterior a este había sido con la matanza de los primogénitos hace muchísimos años, ahora Jesús establece uno pero, ¿cómo lo llevaría a cabo?, Jesús se los lleva al monte de los Olivos a orar, no tenían certeza de porque a esas horas Jesús se los había llevado a orar, y pienso esto porque si ellos estuvieran esperando lo peor, ellos no habrían tenido sueño, la adrenalina no los hubiera dejado dormir. Y ahora aquí estaban a los pies de Jesús viéndolo sufrir lo indecible, ¿qué estaba pasando?


¿Y qué me dicen de Jesús?, Él si que sabía exactamente lo que ocurría y lo que iba a ocurrir, por eso fue a orar, por eso pidió a su Padre la fortaleza necesaria para poder vivir esto, sabía que era el cordero no como Isaac cuando Abraham lo llevaba a sacrificar e Isaac le pregunta donde estaba el cordero para el sacrificio. No, Jesús sí sabía que su Padre lo iba a sacrificar por todos nosotros, que iba a llevar encima toda la ira de Dios por causa de nuestro pecado, sabía que iba a ser abandonado por su Padre y sus amigos, que esto lo tenía que pasar solo. Pero en estos momentos no pensaba en su dolor ni en su soledad, porque Él estaba sintiendo mucho dolor físico y espiritual, pero aún por encima de esto piensa en los demás primero que en Él, y procura cubrir las necesidades de María; esa mujer que lo había criado y dado tiempo invaluable de su vida, ella tenía otros hijos, pero claramente ninguno que cubriera los requisitos que ella iba a necesitar en este tiempo de dolor, así que le dice a Juan que tome cuenta de ella. Él conocía verdaderamente a Juan, sabía como él iba a reaccionar ante esta petición nada fácil, porque en aquel tiempo era mucha la responsabilidad de los hijos hacia sus padres, los tenían que honrar y cuidar hasta que ellos murieran era un compromiso de por vida, Juan sabía esto y él tenía ya una mamá que cuidar, pero Jesús conocía su corazón lo conocía bien y sabía que Juan no le iba fallar.


Jesús quiere conocernos de la misma manera que conocía a Juan y a María, quiere realmente ser nuestro amigo íntimo compartir con nosotros su amor, su tiempo, su compañía, en momentos difíciles pero también en los fáciles, Él quiere saber cuáles son nuestras necesidades para poder suplirlas, así como suplió las necesidades de María, al darle el hijo que ella necesitaba. Jesús, en su momento de más dolor y soledad pensó en suplir las necesidades de María, ¿cuánto más ahora que ya ha sido coronado Rey de Reyes?, que se le ha dado un nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9), querrá suplir las nuestras, pero para esto, tenemos que acercarnos al trono de gracia (Hebreos 4:16), y compartir realmente nuestra vida con Él. Así es, Él quiere suplir nuestras necesidades pero también quiere saber hasta donde estamos comprometidos, quiere conocernos de tal manera que Él nos pueda pedir que hagamos cosas que nos comprometan de por vida así como le pidió a Juan, que nosotros estemos dispuestos a decir si Señor. Él nos ama con una amor verdadero y esta esperando que nosotros lo amemos igual. ¿Qué tan dispuestos estamos para hacer este compromiso, de decir siempre con gusto un "sí Señor", aunque las circunstancias no las entienda y me implique un esfuerzo extra hacer lo que se me pide?


En este momento estamos pasando por incertidumbre, incertidumbre económica, de salud, de seguridad, de valores, Jesús quiere darnos la seguridad en medio de las circunstancias de inseguridad, pero también quiere que nos comprometamos con Él, a ayudarlo en la obra, que podamos ser instrumentos útiles en sus manos. Así que, ¿qué esperamos para comprometernos al 100% ?

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