“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Y le buscó Simón, y los que con él estaban; y hallándole, le dijeron: Todos te buscan. Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.”
Marcos 1:35-39
Jesús se retira a orar, muy temprano decide tener un tiempo a solas con el Padre, dentro de la humanidad de Jesús, Él sintió la necesidad de estar en comunión con Dios, muy probablemente para agradecer al Padre por todas las bendiciones antes ocurridas, y para fortalecerse y así poder seguir con el camino que ya estaba trazado para Él; sabemos que su destino no iba a ser fácil, y necesitaba de la comunión con el Padre para poder seguir adelante, de acuerdo al plan ya estipulado.
La oración es una expresión de dependencia hacia el Padre; la dependencia y la comunión con Dios son necesarias para poder salir victoriosos de cualquier prueba o dificultad que se pueda presentar, es en la oración en la que podemos encontrar la paz y el gozo necesario para seguir adelante por caminos en los que muchas veces lo que menos hay es certidumbre de lo que va a ocurrir. Una vida cimentada en la búsqueda de Dios, a través de la oración trae a nuestra vida la confianza de que Él está con nosotros, nos escucha y suple nuestras necesidades. Jesús bien sabía que la comunión con el Padre es esencial, y cada que tuvo la oportunidad, busco un lugar a solas para orar.
Muchas veces caemos en desanimo, porque nuestra relación con Dios a través de la oración se enfría, no lo consideramos esencial, cuando nuestra vida debería estar cimentada en la búsqueda diaria de Dios a través de la meditación en su palabra y la oración. Así que, si estás pasando por momentos difíciles, si tienes que tomar alguna decisión, o si la vida en este momento te está sonriendo, ORA al Padre, es la mejor forma de tener la confianza de Dios está de tu lado en cualquier circunstancia, sea buena o mala, y si Dios contigo, ¿quien contra ti?
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