“Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.”
Marcos 1:4-8
Juan es un “heraldo del Mesías”, es decir, una persona que anuncia un mensaje de algo que va a suceder. Juan debía de ser la voz del Señor para el pueblo, y como tal, no solo debía anunciar la venida y presencia de Jesucristo, sino exhortar al pueblo a prepararse para recibir a su Señor, esto quería decir, qué a través de la gracia y el poder de Dios, debían efectuar un cambio completo de sus mentes y corazones, tendrían que abrir completamente sus corazones y vida a Cristo, enderezar todo lo torcido en su vida, todo aquello que no estaba de acuerdo con la voluntad de Dios para con sus vidas.
Juan los llamaba al arrepentimiento, para poder recibir el perdón de sus pecados.
Arrepentimiento, nos indica un cambio radical de mente y corazón, que resulta en un cambio completo de vida.
Juan predicaba a los judíos el pueblo escogido por Dios, para llevar a cabo su plan de redención para las naciones, y el pueblo estaba urgido de tener una esperanza, de saber que algo podía cambiar en sus vidas, tan es así que miles iban y escuchaban a Juan y se bautizaban con la esperanza de recibir algo a cambio, para los judíos el concepto de bautismo no era extraño, más no era aplicable al pueblo, en aquel tiempo se bautizaba como símbolo de conversión aquellos extranjeros que adoptaban su fe, así que el tomar la decisión de bautizarse nos habla de un deseo profundo de que algo cambiara en sus vidas.
El bautismo es un símbolo de la purificación que Dios opera en las personas; para que los bautizados recibiesen la esencia de lo que el bautismo significa, se requería el poder y la gracia de UNO más poderoso que Juan.
Jesús haría que su Espíritu y sus dones fuesen derramados sobre sus seguidores.
Nosotros como seguidores de Jesús nos toca predicar el mensaje de arrepentimiento, anunciando la gracia y esperanza viva, que se puede encontrar cuando entregamos nuestros corazones y nuestra vida en las manos de Jesús, el opera en nosotros su misericordia, y nos otorga el perdón de pecados, para vivir conforme la santa voluntad de Dios Padre y poder relacionarnos con el de la manera correcta.
Comments