top of page
Post: Blog2_Post
Buscar
  • Foto del escritorPara alabanza deSu gloria

JESÚS SANA AL CIEGO BARTIMEO

MARCOS 10


“Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”

Marcos 10:46-52

 

Este pasaje ya ha sido leído por mi persona varias veces, pero hoy llega a mi tiempo con Dios dando una respuesta a una pregunta que venía haciendo desde hace unos días, la pregunta es ¿Cuánto es suficiente? ¿hasta cuándo dejar de pedir u orar por algo? Lo que me dice este pasaje es, hasta obtener respuesta, porque Dios escucha a la primera, pero al repetir durante el proceso, mi fe aumenta, al orar una y otra vez por alguna cosa ayuda a mi incredulidad, el Espíritu Santo abraza mi fe y me sostiene durante el proceso de respuesta de Dios, que en algunas ocasiones no es inmediato.


En este pasaje de Marcos vemos el ultimo milagro de sanidad relatado en este evangelio, no es la primera vez que Jesús movido a misericordia durante el camino de su ministerio sana a una persona, pero lo que me deja este pasaje aparte de que Jesús siempre tiene misericordia de aquellos que claman a Él, es la actitud de Bartimeo.


Estas son las cosas que veo y aprendo:


1. Bartimeo reconoce su condición, pero aun así sabe escuchar y reconocer la voz de Jesús.

2. Como un acto de vivir o morir, sin importar nada, comienza a clamar por misericordia a nuestro Señor.

3. Aun sabiendo las personas que le rodeaban, la necesidad que tenía, para muchos de ellos les era estorbo, le mandan callar, tratan de desanimarlo, pero él tiene claro lo que tiene que hacer y a pesar del abucheo sigue clamando.

4. La clara persistencia de a quién pedir; cuando Jesús le manda llamar le reconoce como Señor.

5. La fe clara y puesta en la persona correcta, él creyó hasta el final, que Jesús podría hacer el milagro, y así fue.


En nuestro día a día muchas veces atravesamos por circunstancias poco favorables para nosotros, y en algunas ocasiones en lugar de reconocer nuestra condición de necesidad, reclamamos ¿Por qué a mí? Debemos siempre independientemente de nuestras circunstancias saber quiénes somos y quien es nuestro Señor, que sin merecerlo nosotros, sin haber hecho nada bueno, Él nos ha otorgado perdón de pecados y nos da la oportunidad de ser llamados hijos de Dios.


Nuestras necesidades debemos ponerlas a los pies del único que es capaz de obrar con misericordia a nuestro favor, siempre debemos de orar como si de eso dependiera nuestra vida, sin importar aquellos bien o mal intencionados que nos dicen que por lo que estamos atravesando no tiene solución, o que nos resignemos y aprendamos a vivir con nuestras circunstancias, que Dios está demasiado ocupado con cosas más importantes que nuestras circunstancias o problemas. A Dios le importas, le importas tanto que ha dado a su Hijo para morir en una cruz, para que tú y yo podamos vivir, ¡claro que le importamos! Y nos escucha; y como lo dije antes el pedir repetidamente ayuda a nuestra incredulidad, aumentando nuestra confianza en Aquel que lo ha dado todo por nosotros. JESÚS ES SEÑOR



16 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page