MARCOS 6
“Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.”
Marcos 6:7-13
Los doce discípulos, ya habían estado con Jesús el tiempo suficiente como para poder entonces poner en practica todo aquello que habían aprendido de su Maestro; Jesús les otorga autoridad, para hacer las mismas señales que hasta entonces Él era el único que las hacía, y les pidió que llevaran solo lo indispensable para viajar, que no viajaran con maleta.
Jesús quería personas capaces de imitar sus actos de misericordia y amor, Él estaba formando el nuevo pueblo de Dios, su iglesia, y los doce apóstoles iban a ser los precursores, era importante que practicarán mientras podían ser enseñados por su Maestro, después el Espíritu Santo se encargaría de capacitarlos; así como a ellos el anhelo de Jesús nuestro Señor es que le imitemos, y que podamos ser portadores de Su gloria, capaces de poder ministrar con el mensaje del evangelio a todo aquel que lo necesite y esté dispuesto a oír. Jesús les pide que vayan ligeros, sin equipaje que les pese o los ate, Él quería que los discípulos confiaran en la provisión de Dios, la dependencia total de los discípulos a la misericordia de Dios es fundamental para no perder de vista en quien hemos creído, así como ellos, nosotros ahora Su iglesia, debemos de viajar ligeros, sin cosas que nos aten a este mundo, que nos impidan ser auténticos seguidores de Jesús confiados en su provisión y en su palabra.
No todo el mundo está preparado para escuchar el mensaje de salvación y recibir las bendiciones que Dios tiene preparadas para la humanidad, así que les otorga a sus discípulos la dignidad para no rogar que acepten algo que no quieren recibir. Vendrá el momento indicado cuando por la misericordia de Dios puedan escuchar, oremos para que cuando eso ocurra sus oídos y corazón sean abiertos para recibir el mensaje adecuadamente.
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