MARCOS 6
“En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles. Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban. Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.”
Marcos 6:45-52
Después de la alimentación Jesús despide a la multitud, para que fueran a sus casas, y a sus discípulos los mando en barca a Betsaida, para Jesús la comunión con el Padre es importante, para recargar ánimos para no perder el enfoque de cuál era su misión, en el evangelio de Juan, se menciona que la multitud quería proclamarle rey, este hecho era algo tentador, para alguien que venía con un propósito de siervo sufriente, y siendo totalmente hombre, como totalmente Dios, Jesús ocupaba de la fortaleza que da la oración, la comunión con el Padre.
Nosotros muchas veces también pasamos por tentaciones, o estamos cansados o simplemente necesitamos ser escuchados al final del día, y nuestra primera opción siempre debería de ser presentarnos delante del Padre para sentir su abrazo y renovar fuerzas, de la relación que tengamos con el Padre vendrá la manera en que nosotros afrontemos nuestro día a día.
Al terminar de orar Jesús, ve que los discípulos están en medio del mar, rumbo a su destino, remando contra corriente, con fuertes vientos que les hacían aún más difícil su tarea, ellos estaban enfocados en la tarea asignada, cansados, al levantar la vista vieron a Jesús caminar sobre el agua, cuantas cosas asombrosas les estaban sucediendo en tan poco tiempo, estaban espantados, todavía no asimilaban lo de la alimentación a los 5000 y ahora a Jesús venía hacía ellos, pero siendo imposible caminar sobre el agua, inmediatamente pensaron en un fantasma. La intención de Jesús, era la de no estorbar su trabajo, Él iba a pasar de largo, pero al verlos afligidos los calma y sube con ellos a la barca, los vientos se calman, y el trabajo para los discípulos se vuelve más fácil.
Nosotros como seguidores de Jesús, muchas veces podemos seguir con sus indicaciones, pero hacer las cosas con nuestra propia fuerza, y no es que esté mal, solamente es que Jesús está a un lado no en medio de nosotros, y cuanto esto ocurre es cuando nos fatigamos más, tal vez lleguemos a buen puerto, pero mucho más agotados.
Es por eso que la relación que tengamos con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es primordial para que nuestra vida fluya de manera más sencilla, no quiere decir que no tendremos que trabajar, sino que nuestras fuerzas y nuestras circunstancias estarán controladas por nuestro amado Jesús y Jesús siempre nos trata con misericordia y con la intención de que nuestra carga sea ligera.
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