MARCOS 9
“Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.”
Marcos 9:30-32
Jesús había estado enseñando a sus discípulos, acerca de las cosas que le tenían que acontecer, Jesús tenía que dejar en claro, que Él era el mesías que los profetas ya habían declarado que vendría. Jesús quería intimidad y tiempo con los suyos, con los más cercanos, ya no tenía mucho tiempo y los discípulos después tendrían que convertirse en sus testigos y no podrían dudar de las cosas que Él les hablaba o que estaban por ocurrir, Jesús sabía que sus discípulos tenían un propósito eterno por cumplir, y que ellos tendrían que enseñar el mensaje del evangelio a todo el mundo, así que las enseñanzas tenían que ser profundas y personales.
En nuestros días, nosotros como seguidores de Jesús también tenemos un propósito eterno, de ser testimonio vivo de Aquel que dio su vida para que pudiéramos ser restaurados y tener una identidad de hijos, pero para que este propósito sea cumplido de la mejor manera nuestro Señor debe capacitarnos, así como capacitó a sus discípulos cuando estuvo aquí en la tierra, él quiere capacitarnos de manera personal y profunda y para que esto ocurra nuestra relación con nuestro Señor debe ser cercana, tan cercana así que podamos saber que es lo quiere que hagamos o digamos, esto ocurre cuando nos acercamos a nuestro Dios a través de la oración y el estudio de su palabra, nos hacemos uno y podemos escuchar su voz.
Al relacionarnos con nuestro Señor debemos de tener la confianza de preguntar lo que no nos queda claro, y Él nos mostrará la respuesta conforme a su voluntad. En este pasaje los discípulos tuvieron miedo de preguntar, probablemente porque no querían saber más acerca del sufrimiento que su amado Maestro iba a padecer, claro que muchas veces no queremos oír las que consideramos malas noticias, pero si preguntamos probablemente sabremos que las cosas por venir, si son parte de la voluntad de Dios, son buenas para todos aquellos que aman a Dios y son llamados a su propósito eterno, sabiendo que el resultado final será el gozo de estar en la presencia de nuestro amado Dios. JESÚS ES SEÑOR
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