MARCOS 2
“Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.”
Marcos 2:23-28
Los fariseos habían dejado de ver las bendiciones de Dios, ellos siempre estaban muy preocupados por ser justos y cumplir las tradiciones, a muchas de esas tradiciones ellos le ataban pesadas cargas que ni ellos mismos podían cumplir, o al cumplirlas se les olvidaba el objetivo para el cual habían sido creadas. Cuando Dios estableció el día de reposo, lo hizo para que fuera una bendición para las personas y no una carga, el día de reposo fue instituido para mantener sano al hombre dándole descanso de su trabajo, para que pudiera tener tiempo para su familia y para meditar en todas las bendiciones otorgadas por su Dios, era un tiempo de paz, de regocijo, de tranquilidad; pero los fariseos lo habían convertido en una difícil carga llena de rituales.
Jesús no había perdido el enfoque de para qué era ese día, a Él nunca se le olvida nada, ese día fue hecho por causa del hombre. Como cristianos muchas veces nosotros también estamos tan preocupados por cumplir las tradiciones, cumplir tiempos, o estándares que consideramos que debemos tener, que perdemos el enfoque de lo que realmente importa, lo más importante es nuestra relación con Dios, todos los días, meditar en la palabra, hacer oración, ayudar al prójimo, hoy en día muchos de nosotros nuestro día de descanso no es el sábado, para algunos es el domingo, para otros por su tipo de trabajo es algún día aleatorio entre semana pero sin importar el día en sí, el día de descanso es la oportunidad para poder deleitarnos en Él, renovar nuestras fuerzas, disfrutar de los nuestros y dar testimonio de las bendiciones que nos son otorgadas todos los días.
El día de descanso es un día para estar gozosos contando las maravillas de nuestro Dios, que siempre ha sido y es fiel a Su palabra, y nos ha otorgado identidad, habiéndonos adoptado como hijos suyos. A Él sea la gloria y el honor por siempre.
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