MARCOS 3
“Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí. Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.
De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.”
Marcos 3:20-30
Cuando las personas, no alcanzan a comprender del todo algo que está ocurriendo, lo generalmente pasa es que levantan juicio sobre eso, la mayoría de las veces son opiniones negativas, aunque lo que está ocurriendo sea algo bueno, el pecado a ensombrecido la vista de tal modo que muchas veces no vemos el bien con claridad y en algunas ocasiones no podemos creer que lo bueno este pasando realmente. Eso estaba pasando con Jesús y sus conocidos en este momento, él estaba ofreciendo a quien se lo pidiera actos de misericordia, ya sea con palabra de vida, sanidad, liberación, perdón de pecados, por fin alguien estaba viendo y haciendo algo por los más necesitados; era tan bueno para ellos, que parecía locura, estaban preocupados.
Entre estas personas que levantan juicio contra lo que estaba haciendo Jesús eran los escribas, el orgullo de ellos no los dejaba ver la gloria de Dios, tenían más miedo de perder su reputación que de escuchar las buenas nuevas. Así que acusan a nuestro Señor de estar liberando personas por el poder de satanás, pero como en realidad cuando Jesús actúa haciendo milagros y liberación actúa en conjunto con el Espíritu Santo, lo que los escribas estaban diciendo es que el Espíritu Santo era un demonio. Pecar contra el Espíritu Santo, difamarlo de esta forma tan hostil, es un rechazo total hacia Dios, alguien que constantemente niegue o difame al Espíritu Santo pierde la oportunidad de tener un arrepentimiento verdadero y perdón, ya que tanto el arrepentimiento como el perdón fluyen a través de la obra del Espíritu Santo en nuestros corazones, los escribas estaban experimentando un endurecimiento de corazón tal que los incapacitaba para ver al Espíritu Santo actuar, y poder sentir arrepentimiento. Así que la blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado para el cual no hay perdón, porque este pecado impide que nuestra alma sea conducida al arrepentimiento.
Nuestro anhelo como seguidores de Jesús es que nuestros ojos sean abiertos para poder ver las grandes obras del Espíritu Santo actuando en nuestras vidas y alrededor, que nos llevan a clamar arrepentimiento y nos otorgan el deseo de dar gloria y honra a Dios.
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