MARCOS 6
“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto. Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer. Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer? Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces. Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces. Y los que comieron eran cinco mil hombres.”
Marcos 6:30-44
Jesús se reúne con sus discípulos ahora llamados apóstoles, porque habían sido enviados por el Señor para que llevasen las buenas nuevas, y en ese tiempo de descanso se les juntan a ellos una gran multitud, que deseaban estar cerca de Jesús, lejos de enfadarse o molestarse, nuestro Señor siente compasión por esa multitud, los consideraba ovejas sin pastor, es decir, personas que no tenían a nadie que las guiaran y cuidaran; Jesús toma en cuenta su necesidad y les comienza a enseñar; pasado ya un tiempo los discípulos viendo que se hacía tarde le piden al Señor que los despida para que puedan ir a su casa a descansar y comer; pero Jesús tenía otros planes.
Cuando Jesús nos ve, nos ve completos, nos ve con compasión, Él ve todas nuestras necesidades, tanto físicas, como emocionales y espirituales; pero no solo las ve, Él no se queda de brazos cruzados, Él actúa en nuestras vidas.
Los discípulos vieron las necesidades de la multitud y dentro de su humanidad ofrecieron la mejor solución que tenían a la mano, le dijeron a Jesús mándalos a casa para que puedan cubrir sus necesidades, los discípulos todavía veían con ojos de acuerdo con sus capacidades humanas, y no con los ojos de la fe. Jesús ve diferente y cuando decide bendecir lo hace integralmente, esa multitud tenía hambre espiritual, la cual ya estaba en proceso de enseñanza y ahora había que suplir el hambre física. Jesús les da de comer, hasta quedar saciados y aun así después sobra comida que recogen para después probablemente aprovechar.
Así es Dios, cuando nos presentamos ante Él, Él suple nuestras necesidades de manera basta e integral.
Como seguidores de Jesús nosotros muchas veces somos el instrumento que Dios usa para suplir las necesidades de otros, en algunas ocasiones nuestra fe se ve empañada por nuestros límites humanos y se nos olvida, a quien servimos y lo que es capaz de hacer; cuando estemos en el proceso de ser de bendición pidamos al Espíritu Santo, que podamos tener la fe necesaria para actuar a la altura de nuestro Señor, sabiendo que si Él nos respalda Él suplirá y hará grandes cosas. JESUS ES SEÑOR
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