"Por lo tanto hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. " Romanos 12:1-2
Hablemos de la MISERICORDIA DE DIOS .
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios…”
Pablo nos llama a tomar en cuenta la misericordia de Dios. Una de las definiciones que podemos encontrar de misericordia, dice que es la manifestación externa de la compasión; por una parte, presupone que el que se beneficia de ella tiene una necesidad, y, por otra, que el que la manifiesta cuenta con los medios para satisfacer dicha necesidad.
En el antiguo testamento podemos ver que el pueblo de Israel necesitó ayuda misericordiosa muchas veces, esto se debía a que se apartaba con frecuencia de la justicia y se metía en graves aprietos. Si el pueblo demostraba una actitud correcta de corazón y se volvía a Dios, Él les otorgaba su compasión, favor y benevolencia. (Deut. 13:17-18; Deut. 30:1-3; Isa. 54: 7-10; Isa. 60:10.) esto es “SU MISERICORDIA.”
En el nuevo Testamento, los ciegos, los endemoniados, los leprosos o aquellos cuyos hijos estaban afligidos estaban entre las personas que provocaron la expresión de la misericordia. En respuesta a la súplica: “Ten misericordia de nosotros”, Jesús realizó milagros que liberaron a tales personas. No lo hizo de una manera indiferente, sino “enternecido”. (Mateo 20:31, 34.), con un sentimiento de compasión, que dio como consecuencia un acto de misericordia.
Ahora bien, la misericordia de Dios no se limita al hecho de perdonar o retraerse de administrar el castigo. El perdón no es en sí mismo la misericordia; más bien, la misericordia abre el camino hacia el perdón. Dios nunca pasa por alto sus normas perfectas de justicia al expresar misericordia, y por esta razón ha provisto el sacrificio de rescate por medio de su Hijo Jesucristo, lo que ha hecho posible el perdón de pecados sin que se atente contra la justicia. (Rom. 3:25, 26.) De modo que la misericordia no se refiere a una acción negativa (como retraerse de castigar), sino a una acción positiva, a la expresión de consideración o piedad que alivia al que sufre.
Pero, la misericordia de Dios, no es una cualidad que solo entra en juego cuando juzga a las personas por haber cometido algún mal. Más bien, es una cualidad característica de la personalidad de Dios, su manera normal de reaccionar para con él necesitado, una faceta de su amor. (2Co 1:3) Él no es como los dioses falsos de las naciones, insensibles y sin compasión. Por el contrario, “Clemente y compasivo es el Señor, lento para la ira y grande en misericordia. El Señor es bueno para con todos, y su compasión, sobre todas sus obras.” (Salmo 145:8- 9). Eso se demostró mediante su Hijo, cuya personalidad, habla y acciones eran un reflejo de las cualidades de su Padre. (Juan 1:18.)
Dios es la fuente de toda misericordia todo lo que hay en el mundo es obra de Dios, nada se sustrae a su gobierno, a su providencia, y por tanto tampoco a su amor compasivo. El derrama generosamente su misericordia sobre nosotros y esto se lleva a cabo en la redención realizada por Cristo. Así que Pablo nos llama a tomar en cuenta todas estas misericordias de Dios que recibimos cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro salvador.
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